Un poco
de historia

Pere Massana nació en 1960 en Sant Pau d’Ordal, un pequeño pueblo de tradiciones vinícolas en pleno corazón del Penedès.

Tuvo una infancia marcada por el amor de sus padres Pere y Carme y de su hermano Joan, rodeado de los aromas ahumados de la brasa de leña y los olores de una sala de botas de una bodega que hacía tiempo que estaba abierta de Cal Pere del Maset, el restaurante de la familia.

En 1985 compró su primer local en la calle Bonastruc de Porta donde abriría el Restaurante Massana el septiembre de 1986 justo después de haberse casado con Ana el mes de agosto del mismo año. Ana Roger, natural de Blanes estuvo siempre relacionada con el mundo de la alimentación, viniendo de un negocio familiar de más de cien años de venta de alta charcutería y víveres antes de empezar en la empresa del restaurante. Fue aquí donde, con ilusión y muchas ganas de trabajar, empezó una aventura llena de incógnitas.

Massana empezó siendo un restaurante donde se encontraban los clientes del comercio y de la industria entre semana y se reunían las familias gerundenses los domingos, que buscaban la esencia de una cocina de brasa tradicional bien hecha.

Pere siempre ha tenido claro cual era la base de su cocina, el producto. Producto de calidad, de la tierra, muy seleccionado y con una elaboración elemental. La sencillez de la patata al horno con un alioli suave acompañada de coca tostada con tomate y una copa de cava de entrada marcó todo un estilo y un símbolo del restaurante.

Poco a poco se fue apreciando la evolución de la cocina del pescado y de la carne, de la cocina de temporada, de la introducción de las exquisitas setas o de las especies, con fidelidad a una sabiduría culinaria de raíz familiar. Pere, como cocinero autodidacta fue evolucionando y experimentando, siempre intentando no caer en el mimetismo y reduccionismo, y esto le otorgó la confianza de quienes veían una idea innovadora y una filosofía de cocina coherente y bien hecha.